Estampas de la carreta y una lluvia azul y blanca, colores representativos de la Asociación, ponían el colofón a la vuelta de la última procesión en Camas tras la pandemia.
Después del gran día de convivencia, rezar el Ángelus y subir a la Santa hasta el pico más alto del Aljarafe, en el Cerro que lleva su nombre, toca la vuelta.
Romeros bajan hasta la parroquia ofreciendo un maravilloso primer domingo de octubre, tradición en Camas de la devoción a la Santa irlandesa.
Santa Brígida en su carreta, veía sus últimas horas y siendo recibida por los vecinos que la acompañaron hasta las mismas plantas del altar mayor de Santa María de Gracia.