Santa Cruz disfrutó de un gran clima y una jornada cofrade para enmarcar.
Viernes de Dolores muy destacado para la Hermandad de Santa Cruz, que disfrutó de una tarde-noche de cofradía espléndida por las calles de Camas.
Puntual sobre la cita, a las 19:00 horas volvía a salir el cortejo de una carpa, que desgraciadamente, se está volviendo costumbre para una Hermandad que necesita un lugar adecuado para una cofradía que está creciendo por años y necesita de la ayuda municipal.
Pero ni por esas deslucía el gran trabajo de un cortejo firme y unido haciendo el camino de luz a un deslumbrante misterio que este año crecía en figura, el estreno de la imagen de San Juan Evangelista, obra del insigne imaginero sevillano, José Antonio Navarro Arteaga y detalles como la nueva clámide a los pies del frontal del paso de misterio.
Minutos después del cortejo y nuevamente con los sones de la sevillana banda de Esencia, el misterio ponía pie en la calle Martín Ruiz y comenzaba su Estación de Penitencia.
Cambiando el sentido de la cofradía dirección por la calle Alcudia, Santa Cruz de dirigía hacia el centro con la ilusión de un pueblo entregado y acompañando al misterio y el reguero de nazarenos verde y blanco hacia La Cruz y el Cerrillo.
Camino al barrio más castizo de Camas, la cantaora Erika Leiva dedicó una saeta al Cristo de la Caridad en la calle Ángel.
Sones sevillanos llevaban al misterio guiando su camino por Hiconsa hasta llegar a la Plaza, donde el misterio se crece aún más con una chicotá de ensueño llevada por su cuadrilla y deleitando al público asistente que acudió hasta la puerta de la Parroquia.
Tras uno de los momentos más esperados por los hermanos y seguidores de Santa Cruz, la noche templada invitaba a ver una de las novedades dispuesta en el recorrido, el paso por la Plaza Jesús del Soberano Poder y su visita a la Hermandad de La Humillación. Como si se repitiera lo vivido anteriormente en la Plaza, cuadrilla, cuerpo de capataces y banda brindaron otra entrada triunfal que les llevó hasta las plantas del Soberano y su Madre.
Tras el paso por La Humillación, los minutos se contaban hasta llegar nuevamente hasta Martín Ruiz que emocionada recibía a su cofradía y veía nuevamente su calle llena de un público expectante de recibir y despedir al misterio para hacer entrada en la medianoche y despedirse hasta el próximo Viernes de Dolores.